Sernapesca al día

Ballena jorobada murió tras varar en playa de Santo Domingo

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Jueves 29 de Marzo, 2018


La madrugada del domingo varó un ejemplar de ballena jorobada de 13,2 metros de largo, en la playa Mostazal Sur de Santo Domingo, unos 800 metros al norte de la desembocadura del río Rapel, en el límite entre las regiones de Valparaíso y O’Higgins.


Los primeros en advertir la presencia del animal fueron veraneantes y pescadores de la zona, los que a eso de las 9 de la mañana comenzaron a dar aviso a las autoridades municipales, de la Armada y de Sernapesca. A eso de las 11:00 horas, llegó hasta el lugar un primer equipo de rescate de la oficina de San Antonio de Sernapesca. “Asistimos al sector y pudimos constatar que el ejemplar estaba varado con vida en la zona de rompiente, es decir entre la arena y las olas. Tratamos por todos los medios, todo lo humanamente posible por recuperarla”, indicó Alfonso Ruiz, jefe de oficina de Sernapesca San Antonio.

En conjunto con la Armada, se evaluó la posibilidad de remolcar el animal mar adentro una vez que subiera un poco la marea, sin embargo, las condiciones de la playa -con fuerte rompiente- y la presencia de bancos de arena y rocas sumergidas, hacía imposible que se acercara una embarcación lo suficiente. De igual modo, se gestionó la presencia de maquinaria pesada, que permitiera cavar un canal hacia el mar que facilitara el desvarado del cetáceo, pero el difícil acceso hacia la playa demoró este proceso.

En esas circunstancias, los rescatistas (funcionarios de Sernapesca, la Armada, bomberos de Navidad, personal municipal y de la Gobernación, entre otros), estuvieron más de siete horas manteniendo húmeda la piel de la ballena, con la esperanza de que la subida de marea le permitiera volver por sus propios medios al mar. Lamentablemente, el cetáceo murió pasadas las 17:00 horas.

Una vez verificada la muerte del animal, los veterinarios de Sernapesca iniciaron los peritajes de rigor que permitirán determinar la causa del varamiento, estableciéndose que se trata de una ballena jorobada hembra, de 13,2 metros de largo. Asimismo, se tomaron muestras de hígado, grasa y estómago, con el fin de enviarlas a laboratorio para determinar posibles enfermedades.

Mauricio Ulloa, jefe de la unidad de rescate animal de Sernapesca, explicó que “en general es muy difícil que una ballena varada por tantas horas pueda sobrevivir, porque termina asfixiándose producto de su propio peso. Al examinar el cuerpo del cetáceo, se constató que no tenía contenido estomacal, por lo que ya llevaba días sin alimentarse”.