58 millones de mujeres viven en zonas rurales de América Latina y el Caribe; una parte importante de ellas juega un rol central en la producción y abastecimiento de alimentos.
La quinta edición de la campaña #MujeresRurales, mujeres con derechos, fue lanzada este miércoles 29 de julio, con el apoyo de 25 instituciones de gobierno, instancias de cooperación internacional, centros de investigación, organizaciones de la sociedad civil y entidades privadas de toda América Latina, además de agencias y programas de Naciones Unidas.
Se trata de una campaña regional de comunicación, liderada por la FAO, que busca reconocer las formas de organización, conocimientos, capacidades y necesidades de las mujeres rurales, indígenas y afrodescendientes, que se han visto incrementadas por la pandemia de COVID-19.
Gran parte de estas mujeres juegan un importante papel en la producción, abastecimiento y comercialización de alimentos, así como en la preservación de conocimientos y saberes tradicionales. Sin embargo, muchas enfrentan serias limitaciones para acceder a recursos productivos, como la tierra, el agua e insumos agrícolas, además de financiamiento, seguros y capacitación. También enfrentan diversas barreras para colocar sus productos en los mercados. Por lo mismo, muchas de estas mujeres trabajan de manera informal, y no cuentan con mecanismos de protección social.
En América Latina y el Caribe, el hambre ha alcanzado a 47,7 millones de personas en 2019. Y esta cifra podría llegar a casi 67 millones para el 2030, sin considerar el impacto de la pandemia. La quinta edición de la Campaña busca difundir información y propuestas de soluciones para la situación de las mujeres rurales. Las necesidades más urgentes son la seguridad alimentaria y nutricional, la reducción de la pobreza y la eliminación de la violencia de género. Del mismo modo, se busca apoyar las políticas públicas que impulsan las instituciones de gobierno en los distintos países para atender esta situación.
La sobrecarga de trabajo
Desde antes de la pandemia, las mujeres rurales enfrentaban una gigantesca sobrecarga de trabajo no remunerado, labores productivas, familiares y domésticas por las cuales no reciben pago alguno.
Los desafíos de la pandemia no han hecho más que complejizar esta situación, pues además de sus actividades productivas, las mujeres deben dedicar una mayor parte de su tiempo a cuidar de niñas y niños que dejaron de ir a la escuela, y a atender a personas enfermas y de la tercera edad.
A esta situación crítica, se suman los recientes reportes sobre posibles incrementos de la violencia de género, a raíz de las necesarias medidas sanitarias y de aislamiento social que se han implementado en los países de la región para hacer frente a la pandemia.
Una alianza de alto nivel para avanzar junto a las mujeres rurales
La Campaña busca visibilizar a las mujeres como guardianas e impulsoras del desarrollo sostenible, en línea con la Agenda 2030 para no dejar a nadie atrás.
Asimismo, busca sumar esfuerzos y continuar avanzando en la implementación de políticas y programas públicos y privados intersectoriales que reconozcan y actúen sobre los desafíos que enfrentan las mujeres rurales, indígenas y afrodescendientes, colocándolas al centro de las estrategias de desarrollo sostenible.
Las instituciones que organizan la quinta edición de la Campaña son: