Ante la situación de pandemia por el Coronavirus, el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura informa que ha dispuesto una modalidad de control y certificación remota para los desembarques pesqueros en la región del Biobío.
Claudio Báez, Director Regional de Sernapesca, señaló que “para la flota industrial que continúa sus operaciones sobre los recursos jurel, merluza común y crustáceos, se ha establecido un método equivalente de certificación que implica chequear datos de pesajes y especies. En tanto, para la flota artesanal que comenzará a capturar y desembarcar sardina común y anchoveta a contar de este jueves 26, se establecerá una certificación sin acreditación física. Esto significa que mantenemos vigilancia remota de manera continua con todos nuestros sistemas de control, y emitimos una certificación en el sistema de trazabilidad. Si en cualquier momento nuestros análisis arrojan hallazgos de irregularidades procedemos a revisión y verificación exhaustiva”.
Desde Sernapesca indicaron que mantienen turnos 24/7 con trabajo remoto para esta modalidad de certificación, además fiscalizadores realizan turnos éticos con horarios restringidos. Las atenciones para trámites de registro pesquero, certificaciones de exportación y otros, están siendo atendidas de manera on line, y se solicita a los usuarios acudan a oficinas lo menos posible por resguardo ante la pandemia.
Claudio Báez realizó un llamado a los armadores de embarcaciones pesqueras “a que cumplan con la normativa para resguardar la sustentabilidad de estas pesquerías tan estratégica para la economía del país. Asimismo, que resguarden su salud y la de sus tripulaciones, respetando las indicaciones del Protocolo de faena de pesca por Covid-19 establecido por la Subsecretaría de pesca en orden a sanitizar las naves antes de zarpar, hacer control de temperatura, usar equipamiento de seguridad, mantener distancia, entre otros”.
Recordemos que la temporada de pesca de pelágicos pequeños se realiza generalmente entre fines de marzo y julio, en su primera etapa, y moviliza a más de 400 embarcaciones artesanales en la región. Concentra desembarques en Coronel y Talcahuano, principalmente, que se destinan a plantas de proceso para la elaboración de harina y aceite de pescado.