A bordo de una de las patrulleras de la Armada estos tres ejemplares fueron liberados a su medio natural en las cercanías de la Isla Quiriquina en Talcahuano, previo a su alta médica y evaluación de su nado en piscina habilitada en oficina Sernapesca.
Los pingüinos vararon en distintas playas de la zona, uno de ellos fue rescatado el 23 de enero en el sector Candelaria de San Pedro de la Paz, luego de detectar a un sujeto que lo transportaba en una mochila con fines desconocidos. “Fueron vecinos del sector quienes recuperaron ese pingüino y nos avisaron. Fue trasladado al Hospital clínico veterinario de la Universidad San Sebastián de Concepción, donde se internó para que recuperara peso. Luego, fue trasladado al Centro de Conservación y Rehabilitación de aves silvestres Ñacurutú en Coliumo, Tomé, donde se mantuvo hasta el día de su liberación”, detalló Valeria Astorga, encargada de Acuicultura de Sernapesca Biobío.
Otro pingüino fue rescatado el 12 de febrero en playa Ramuntcho, Hualpén, el animal había varado y era hostigado por algunos turistas que trataban de tocarlo para sacarse fotos con él. Al respecto, “hemos sido enfáticos en que no se debe molestar a la fauna marina que vara en playas ni tampoco manipular porque pueden tener reacciones salvajes y pueden transmitir enfermedades, además que normativamente está prohibido y hay sanciones asociadas”, indicó Astorga.
Este ejemplar juvenil cojeaba levemente y se encontraba en etapa de cambio de plumaje, por lo que se mantuvo internado en el centro Ñacurutú a cargo del Dr. Cristian Herrera. En tanto, el tercer ejemplar de ave marina, varó en la región de Ñuble y llegó a la zona para su rehabilitación por estar bajo peso y tener heridas en sus patas.
El Centro de Conservación y Rehabilitación de aves silvestres Ñacurutú, realiza una importante labor, tanto con aves terrestres como con los pingüinos que Sernapesca le hace llegar, atendiendo, en éste último caso, a las regiones de Biobío y Ñuble.